Meditar o Ser Uno con el Universo

Cuando medito he percibido que lo que mis ojos físicos ven puede ser hermoso, sin embargo se queda pequeño comparado con lo que hay detrás.

Lo que mis ojos ven en esta realidad ya es hermoso, sublime, lo que hay detrás es fantástico y espectacular.

Es una sinfonía de luz, color, de danza como en el sol, una corriente de energía que fluye cada día en cada ser, en cada cosa de esta vida, que posee esa energía. Sumergirse en el mar profundo de esta vida es participar de la alegría, el gozo y el disfrute, es volverse un viajero de sabiduría.

Comenzar cada día «viendo» toda la infinita sinfonía es como abrazar la eternidad.

Cuando me fundo con ese abrazo, mi vida cambia hacia un espacio sagrado, sublime, gozoso.

Date tú también el tiempo del ABRAZO, date el tiempo del gozo para vivir sumergidos en este espacio de dicha.

Así que cuando camines en el sendero de la vida y te sumerjas más allá de lo aparente, veras tú brillo y el del todo danzar.

Dirás heme aquí vibrando junto a todo el universo. Jugaras y soñaras con mundos divinos, bellezas indescriptibles, suaves esencias y dirás heme aquí siendo uno con el Universo.